El millonario Moisés Cosío quiso comprar el Racing | Todo sobre el Racing en racinguismo.com

2022-08-20 11:27:11 By : Ms. Angela Li

El empresario mexicano intentó comprar el club cántabro antes de invertir en el baloncesto en su país

El Oviedo lleva años siendo propiedad de empresarios mexicanos y el Sporting está a punto de ser adquirido también por un grupo de aquel país... El Racing ha estado cerca en un par de ocasiones de tener propietarios de territorio azteca.

El club santanderino ha tenido varios coqueteos con millonarios mexicanos, aunque nunca fructificó ni un triste patrocinio desde el otro lado del Atlántico. El último de ellos se dio a conocer esta semana, aunque la operación quedó en nada. Se trataba de Moisés Cosío Espinosa, que ahora triunfa con un equipo de baloncesto.

Son muchos los descendientes de la Montaña que prosperaron en los negocios allí y que mantienen vínculos con Cantabria todavía. El hijo menor del presidente López Obrador exhibió la camiseta racinguista en los medios de comunicación de todo el mundo no hace demasiado tiempo. El abuelo del político dejó Ampuero con 14 años para partir en busca de fortuna y emigrar a México.

En 2005 el Grupo Pegaso estuvo interesado en comprar la mayoría accionarial del Racing, que entonces estaba en manos del Gobierno regional. José Antonio García y Miguel Ángel Couchonal fueron los representantes en las negociaciones del presidente del conglomerado empresarial, Alejandro Burillo Azcárraga. El entonces consejero de Cultura y Deporte de Cantabria, Francisco Javier López Marcano, ofreció una rueda de prensa e incluso anticipó que el acuerdo estaba muy cercano. El Racing peleaba entonces por la permanencia en Primera División con un futbolista azteca en sus filas: Gerardo Torrado.

Esta semana se  ha conocido que otro grupo de empresarios mexicanos estuvo tanteando la posibilidad de desembarcar en el club de fútbol santanderino. Gilberto Hernández, copropietario del club de baloncesto Capitanes de Ciudad de México –franquicia de la NBA G-League– lo desveló en 2Playbook, la plataforma de negocios para la industria del deporte. “Somos un grupo de accionistas que estábamos interesados en comprar propiedades deportivas. Aunque el interés inicial estaba en el fútbol, no se pudieron cerrar diferentes operaciones, y el grupo viró entonces al baloncesto. Intentamos comprar el Racing de Santander, porque tenemos raíces en la ciudad, pero no llegó a consolidarse y ahí surgió la oportunidad en Ciudad de México”, relataba el directivo.

Estos empresarios también intentaron adquirir posteriormente el Toulouse FC francés antes de arriesgarse con el baloncesto en su país. Ahora han logrado un pequeño milagro. Capitanes empezó jugando únicamente la liga mexicana, que apenas ofrece rentabilidad. Se trata de una competición sin contrato televisivo –se emite vía Facebook– ni posibilidad de generar más ingresos. Ahora disputan tanto el campeonato local como la G-League, la liga de desarrollo de la NBA. Es la primera vez que un equipo latino juega una liga estadounidense.

El accionista mayoritario de los Capitanes de Ciudad de México es Moisés Cosío Espinosa, el 10 de julio cumple 38 años. Se presenta como empresario, productor de cine y coleccionista mexicano. Impulsó la productora Detalle Films, la Editorial Baobab y la Fundación Alumnos 47. Forma parte del patronato del Museo Tamayo y MUAC, en Ciudad de México, y del consejo internacional del New Museum, en Nueva York. También colabora con otras instituciones como el MoMA de Nueva York y Soma de México.

Este joven filántropo nació rico y en una familia de banqueros. Su abuelo, Manuel Espinosa Yglesias, fue el mayor propietario de Bancomer, como responsable del grupo financiero lo transformó en una de las instituciones financieras líderes en México. Su padre, Moisés Cosío Ariño, fue uno de los principales accionistas individuales de Banesto y miembro del consejo de administración, bajo el mandato de Mario Conde.

Moisés Cosío Espinosa heredó una fortuna inmensa tras la muerte de su padre en 1998, cuando tenía solamente 14 años. Entre sus propiedades se encuentra el emblemático edificio de 59 pisos 500 Fifth Avenue en Manhattan, según un acuerdo de financiación de 2014. La casa familiar está ubicada en Cosío, en Rionansa, en la que luce un gran escudo heráldico. De allí proviene esta saga de emprendedores. Moisés Cosío fue propietario del famoso Frontón México, templo de la pelota vasca en América, entre otros muchísimos inmuebles. Su hermano Antonio es accionista del Real Oviedo. Su mujer, Monchita, era la hija de Elías Pando, natural de Ribadesella, y que forjó un enorme patrimonio en México, pero los Cosío son de origen cántabro. Siempre se dijo que eran los mayores rentistas de Ciudad de México.

El imperio lo forjó el patriarca Moisés con el algodón y los contactos políticos con el entonces presidente Manuel Ávila Camacho (1940-1946). Sus hijos siguieron esa línea, pero multiplicaron todavía más las propiedades inmobiliarias.

Moisés Cosío Espinosa mostró interés por el baloncesto después de ir como espectador a un partido de las estrellas de la NBA en Nueva York. Le impresionó Kobe Bryant. Incluso se interesó en adquirir acciones de los Lakers. También se sintió atraído por el balonmano y el fútbol… Pero acabó regresando al baloncesto con el proyecto de los Capitanes sobre el año 2017, aunque no fue hasta 2019 cuando la institución logró cobijarse bajo el paraguas de la NBA. El ingreso de la nueva franquicia según la revista Forbes, costó alrededor de 6,5 millones de pesos. Su debut en la 21/22 se saldó con penúltimo puesto en la South División, pero sin duda han logrado revolucionar el baloncesto latino.

Cosío demandó a Credit Suisse y a un bróker, Íñigo Domenech, por estafa. Curiosamente el banco suizo, que lo negó todo, tampoco tuvo demasiados reparos en avalar la operación de Alí Syed con el Racing, aunque todos los indicios apuntaban a una estafa clara. El mexicano acusaba en 2020 a ambos de negociar en su nombre para aumentar las comisiones y de comprar acciones en su propio beneficio con su dinero. “Este caso trata de la explotación sistemática de un joven por parte de quienes dicen ser sus asesores más fiables”, comentaba Cosío en la demanda. Credit Suisse negó cualquier irregularidad, por supuesto. El escándalo sirvió para que la agencia tributaria mexicana investigara sus cuentas por una posible evasión fiscal. Su familia siempre se ha movido entre bancos tanto por parte paterna como materna.

La familia Cosío Espinosa aparece en los Pandora Papers, cómo no. En los años setenta, el banquero Manuel Espinosa Yglesias era considerado el hombre más rico de México. Director general de Bancomer entre 1959 y 1982 y aliado de la poderosa familia Jenkins, el hombre fue dos veces director de la Asociación de Banqueros de México, aunque su fortuna personal sufrió con la nacionalización de la banca.

Una de las hijas de Manuel Espinosa Yglesias, Guadalupe Espinosa Rugarcía, se casó con el también multimillonario Moisés Cosío Ariño, amigo y socio de Carlos Slim, cuya fortuna –y la de su hermano, Antonio Cosío Ariño– se disparó durante la ola de privatizaciones y el crecimiento descontrolado del mercado de bonos en los noventa.

Cosío Ariño falleció en 1998 y dejó a su hijo, de apenas 14 años, una herencia que algunos medios de comunicación estimaron en 700 millones de dólares. Quizá en un futuro le vuelva a interesar comprar el Real Racing Club.