Numerosos expositores tuvo la audiencia pública para debatir la nocturnidad en Santa Fe.
A lo largo de más de nueve horas, vecinos, empresarios, emprendedores, artistas, representantes de asociaciones civiles y barriales, presidentes de clubes, dirigentes ambientalistas y hasta profesionales de la salud expusieron en la audiencia pública sobre nocturnidad en el recinto del Concejo . Los vecinalistas aclararon que no quieren que ningún bar cierre, pero reclaman poder vivir tranquilos y descansar por las noches. Los empresarios, por su parte, aclararon que entienden y buscan convivir con los vecinos, pero exigen reglas claras para poder trabajar, resaltando que aún después de la salida de la pandemia el sector sigue presentando dificultades .
Así como parecería que las voluntades de las partes están predispuestas para encontrar una norma en base a acuerdos, hay particularidades que asoman de difícil solución, por lo menos en el corto plazo. Un ejemplo de esto es el conflicto de un centro de día de adultos mayores con distintas patologías, ubicado en Bulevar Gálvez al 1500, cuyos representantes detallaron los inconvenientes sufridos con un bar lindante que a su vez -según la exposición de Raquel Marconetti, la dueña del hogar- no debería estar habilitado por la ordenanza que establece la zona como "ámbito hospitalario de reposo".
La audiencia duró nueve horas y se realizó en el Concejo Municipal.
El Ejecutivo municipal enviará en los próximos días, algo ya anunciado, la nueva ordenanza para ordenar la nocturnidad en Santa Fe y será el propio Concejo quien deberá amalgamar lo expuesto por los actores civiles de la sociedad en la audiencia con la nueva normativa que será enviada por el Municipio, para terminar de conformar la nueva reglamentación de la noche santafesina .
"No es nuestra intención pedir el cierre de ningún negocio; por el contrario, nos mueve la búsqueda de consensos, reglas caras para todos y una sana convivencia ", comenzó su alocución Elsa Fernández, de la vecinal Candioti Sur. "Los vecinos están hartos de no poder descansar y ver que el barrio está dominado exclusivamente por las leyes del mercado". Para concluir, subrayó que no quieren pubs bailables en la zona.
Al igual que las demás vecinales, se pidió el respeto por el uso del espacio público, la colocación de bicicleteros o parrillas en las veredas, la apropiación de plazas y la falta de control en la colocación de los grupos electrógenos. "Muchos los colocan en medianeras o paredes lindantes".
La audiencia duró nueve horas y se realizó en el Concejo Municipal.
En coincidencia, Gabriela Fiameni, de la vecinal Candioti Norte, se manifestó en contra de las habilitaciones provisorias y pidió "que no queden baches legales ni puntos oscuros que dejen librado a interpretaciones qué se puede y qué no se puede hacer". Calificó como el "talón de Aquiles" el funcionamiento del área de control de la Municipalidad y pidió que se cumplan las ordenanzas y se apliquen sanciones de acuerdo al daño que se genera. Además, solicitaron un puesto de control permanente en la zona donde se registre mayormente esta problemática.
Gabriel Crespo, de la vecinal 7 Jefes, al igual que sus antecesores, destacó que uno de los principales problemas (que compite en el podio con la inseguridad y la proliferación de los "trapitos") son los ruidos molestos. "Tenemos mediciones superando los 60 decibeles dentro de nuestros domicilios, cuando la ordenanza establece un límite de 45". El vecinalista resaltó que "está bien que los emprendedores generen empleo, lo que no se puede hacer es lucrar con el ruido y que se afecte a casi el 90% de las 2.500 personas que viven en nuestro barrio".
También desde la vecinal Alvear, su presidente Marcos Rossi destacó que "nadie quiere perjudicar a nadie, pero los ruidos desequilibrados y la violencia son los denominadores de esta nocturnidad descontrolada ", a su vez resumió la falta de control de la normativa diciendo que "una sociedad sin lineamientos sociales se transforma en la ley de la selva".
"Nosotros tenemos como premisa cuidar al vecino, porque entendemos que, en el barrio, el vecino es nuestro primer cliente", definió Federico Galcerán, socio de un bar de barrio Candioti, respecto a las intenciones de tener una ordenanza justa. En ese sentido, Martín Castro, de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica, pidió la adaptación de la norma a la realidad actual, con las regulaciones que contemplen una fórmula que compongan los derechos e intereses comprometidos tanto de quienes toman las decisiones de inversión, creación de empleo de calidad, pago de tributos, en un marco de seguridad jurídica como de los vecinos y de la comunidad a la que deben garantizarse su derecho a la convivencia, que se respeten los horarios, los ruidos y la ocupación del espacio publico y privado.
La audiencia duró nueve horas y se realizó en el Concejo Municipal.
Los emprendedores de locales nocturnos ubicados dentro del ejido urbano de la ciudad destacaron que son generadores de empleo , que necesitan reglas claras para funcionar. De igual manera pidieron a los vecinos entender que las realidades de las grandes ciudades van cambiando. "Frenar el crecimiento lógico de Santa Fe, la capital de una de las provincias más grandes del país, es ir en contra de su desarrollo ", manifestó Jorge Cantero, socio de un emprendimiento que funciona en barrio Recoleta y en la Costanera santafesina. "Pretender que una ciudad que crece no haga ruido es como pretender que un hijo no crezca porque genera molestias", intentó ejemplificar.
Otras posturas, como la de Hernán Franco, representante de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas de Santa Fe (Apyme), pidieron implementar la mediación antes que la clausura directa .
Si hubo un factor unificador en el relato y exposición de cada una de las partes fueron los inconvenientes de inseguridad y de las amenazas de los cuidacoches. Daniel Llinás, socio de Brew Pub-Estación Saer, relató que "el mayor problema de la nocturnidad en la zona de Canidoti es la inseguridad , el gran flagelo de los cuidacoches que no cuidan, sino que es una extorsión, nos piden dinero a cambio de no romper el auto". Además agregó que los empleados tienen miedo de hacer las denuncias e ir a trabajar y que muchos clientes no van por los "trapitos" que se instalan en los estacionamientos.
El reclamo de hechos violentos ocasionados por "trapitos" se repitió en las exposiciones de los vecinos y los vecinalistas de barrio Roma, 7 Jefes, Candioti Norte y Sur, Sargento Cabral, entre otros. Inclusive, vecinos lindantes a República del Oeste reclamaron que les cobran para estacionar frente a sus domicilios .
Los bailes de los clubes Villa Dora y República del Oeste estuvieron en los apuntes de los vecinos. Jorge Tira, de la vecinal de barrio Roma reconoció que los bailes en República son parte de la identidad "de mi querido barrio" , pero remarcó que hay situaciones que se generan en torno al baile que provocan malestar en los vecinos, "ruidos molestos, vandalismo, obstaculización de tránsito, peleas violentas y música a un alto volumen, hacen que la noche se convierta en una pesadilla".
Tira tuvo un apartado especial para los cuidacoches, comentando que hay vecinos que no quieren utilizar la alarma comunitaria porque "quedarían en evidencia ante el trapito quién fue el que los denunció y luego podría haber represalias".
Con mucha carga emotiva, Verónica Meder, vecina lindante al club, habló de la situación de Bianca y Franco, sus hijos: "Franco tiene dos años y nueve meses y tiene TGD, dentro de los Trastornos del Espectro Autista, por su hipersensibildad auditiva, tanto las emisiones sonoras como el ruido que se genera en los eventos del club tienen consecuencias nefasta para él, le impiden el descanso, poder tener un sueño reparador y poder efectuar como todo niño en actividades al otro día".
La audiencia duró nueve horas y se realizó en el Concejo Municipal.
Gerardo Zamaro representante de los vecinos autoconvocados de la vecinal Sargento Cabral, también enumeró los problemas que viven por los bailes de Villa Dora: "Todos los lunes a la madrugada sufrimos gritos, peleas, amenazas de los cuidacoches, picadas, bocinazos, motos con el escape preparado para hacer ruido, necesidades fisiológicas en la vereda y heridos de armas de fuego ".
También tuvo lugar para exponer Adrián Ramseyer, presidente del club Villa Dora, quien explicó que realizan 60 bailes por año, "donde le damos de comer a mucha gente, no solo a los grupos que van, los bailes son el 90% de los ingresos que tiene el club para llevar toda sus actividades".
Ramseyer brindó una lista de todas las actividades sociales y benéficas que lleva adelante la institución, inclusive una anual "Villa Dora Solidario". También contó el vallado colocado para tratar de evitar la circulación de motos y autos que generan inconvenientes y la costosa colocación de elementos para insonorizar el salón de 600 metros cuadrados que poseen y que se inaugurará este fin de semana.
Si hubo un momento esperado para los empresarios que invirtieron en los traslados de los boliches ubicados en la ciudad a los predios de la ruta 168, era el de la audiencia pública. Gustavo Mercante, abogado de los dueños de Roll and Rock (la ex Pirámide), contó que nunca desde los Ejecutivos municipales acompañaron las inversiones: "Nunca cumplieron con lo prometido tras el traslado compulsivo, faltan desagües pluviales, iluminación publica, sistema de desagüe de cloacas, veredas peatonales, mantenimiento de espacios verdes, hay basurales y acopio de escombro obligando a los jóvenes a caminar por la cinta asfáltica".
A su vez, el abogado recriminó que se ponen demasiados requisitos a la hora de pedir los adicionales de policías para seguridad "que son obligatorios para obtener la habilitación semanal que hay que solicitar al Ejecutivo municipal".
Por su parte Héctor Desvaux, de Island Corp, recordó que inauguraron en noviembre del 2015 "y casi ninguna obra prometida estaba". Para concluir, agregó que "con sorpresa vimos que ahora se puede bailar en pubs, bares, nos vemos totalmente perjudicados ".
Hubo dos exposiciones que resaltaron las discriminaciones que sufren jóvenes en la noche santafesina, pidiendo que a la hora de que se sancione una nueva norma se tengan en cuenta estos aspectos para evitar situaciones de ese tipo.
Florencia Alegre es activista gorda de la ciudad de Santa Fe. Con estadísticas del INADI, expuso en el recinto del Concejo que en Santa Fe "la mayor discriminación se da por cuestiones estéticas , la segunda por personas gordas y la tercera por situación de pobreza". Por eso, pidió que se revean los espacios para que sean accesibles para todos, desde las puertas de ingreso, los baños y los espacios entre las mesas y las sillas.
"Las personas gordas existimos, por más que no les guste vernos, tenemos derecho a disfrutar como cualquier otra persona". Además, pidió también que se contraten personas gordas: "Muchas no acceden a estos trabajos por no tener supuestamente buena presencia".
La audiencia duró nueve horas y se realizó en el Concejo Municipal.
Mariela Peña es representante del Foro Metropolitano de Promoción y Protección de los Derechos de las Personas con Discapacidad. En su exposición pidió que la nocturnidad sea para todos, "donde las personas con discapacidades puedan participar activamente, sin barreras que impidan sus participación y sin actividades que vulneren sus derechos".
Peña se refirió duramente a las normativas de Santa Fe: "La ciudad no tiene falta de normativa, sino la falta de coherencia y cohesión , hay ordenanzas que se contradicen unas con otras y dan lugar a que los derechos se sigan vulnerando".
A modo de ejemplo, la representante del Foro Metropolitano de Promoción y Protección de los Derechos de las Personas con Discapacidad destacó que hay bares tradicionales de Santa Fe, en la Peatonal, que el baño adaptado lo tienen en el primer piso; díganme si eso no es violencia, dónde está la oficina de control que habilita eso".
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